jueves, 2 de mayo de 2013

CAPÍTULO 1


Lunes:

Solo. Supongo que soy una persona solitaria y siempre estaré así. Solo.
Ni un solo caso por resolver, claro, era lógico, un detective como yo…un completo paleto, un simple principiante. Mi cerebro está ansioso por empezar a resolver.
Se nota que la cortesía no es mi fuerte, mientras que usted disfruta con mi sufrimiento, me presentaré:
Mi nombre es Eladio Sánchez, y soy, un simple observador, un mentalista, soy un detective, creo que… la verdad no creo que importe decir dónde vivo, ni de dónde vengo, porque de hecho no sé muy bien qué hago aquí.
Perdí  a mis padres al cumplir los 15 años, en un tiroteo en la estación de metro. Esta sin duda es una pequeña ciudad de España que ni tan siquiera aparece en los mapas, Ciudad de la Perla entre la provincia de Ourense y Portugal.
Siendo una ciudad tan pequeña, no suele ocurrir nada. Hay gente que piensa que debería mudarme a una ciudad más grande, para tener más casos. Pero, ¿nadie ha pensado que es reconfortante pensar que nadie hace cosas malas? La verdad es que me tranquiliza, me ayuda a sobrevivir a la injusticia a la que la vida me ha sometido día a día…
Una llamada interrumpe nuestra conversación, discúlpame un momento.
Nuevo caso para el detective Sánchez.
La persona que llamaba asustada era la señora Honesto, la esposa de Henry Honesto un importante miembro de la compañía de industrias de televisores “Sonasonhy”.
La señora Honesto me ha llamado porque han asesinado a su único hijo Harry Honesto, el cadáver ha aparecido en el servicio. Me ha dicho que la única persona capaz de resolver este caso en la ciudad soy yo… Eso me inquieta, ¿quiere decir eso que soy prescindible? ¿Qué si otro detective apareciese en la ciudad lo contratarían a él?
Por este tipo de duda es por la cual personas asesinan a otras.
Cogeré mi abrigo, mi cuaderno, una pluma y mi sombrero de la suerte.
Cogeré mi coche con mi equipo de aparatos de investigación y me marcharé hacia lo más alto del monte, de cara a la mansión de los Honesto.
Eso es lo que hice.
Llamé al timbre esperando a que alguien me abriese la puerta, llamé varias veces pero no obtuve respuesta…
Cuando pensé que solamente se trataba de una broma barata y bajaba las elegantes escaleras que comunicaban el hermoso jardín con la puerta para entrar en la mansión, alguien abrió la puerta.
Un hombre trajeado con un elegante traje negro e inmaculado, me pidió la identificación por seguridad.
Le contesté con el tono y la claridad adecuados porque ese hombre llevaba un audífono y estaba desconectado, decidí no decirle nada por pura educación. Seguro que muchos de ustedes se lo habrían dicho, si ustedes fueran ese hombre, ¿no sería raro que una persona desconocida se fijara en sus oídos?
Me dejó entrar, pero me ha parecido ver en su mirada un signo de desconfianza.
Llegué a una pequeña sala encantadoramente decorada, con muebles, por lo que deduje, de un precio bastante elevado.
Una mujer entró por la puerta. De hermosa apariencia, en sus ojos pardos se podía ver claramente la duda, con un vestido de tonos suaves, ligeramente ceñido  y unos zapatos de tacón bajo del mismo color del vestido. Llevaba un anillo de prometida. Saltaba a la vista que no llevaba maquillaje, su llanto habría estropeado su elegante presencia. Se notaba que ella era la prometida de Harry.
La saludé quitándome el sombrero, ella me indicó que podía tomar asiento. Se apreciaba un olor a galletas de mantequilla e infusión de menta-poleo y manzanilla.
Seguidamente entró una segunda mujer algo más mayor que la prometida de Harry.
Vestía un vestido azul y una bufanda de peluche blanco, esa mujer era sin lugar a dudas la esposa de Henry Honesto, no lloraba, se encontraba en un estado de shock que no le permitía reaccionar. Tomó asiento.
Entraron a continuación Henry Honesto, el mayordomo y otra mujer más joven que la señora Honesto, pero algo más mayor que la prometida de Harry. Ella y la prometida de Harry  se parecían mucho, pensé que debían ser hermanas. La prometida de Harry era mucho más hermosa que su hermana, era también más alta, más delgada, y más elegante. Ella sí llevaba maquillaje.
Su hermana también era atractiva, tenía cierto aire misterioso que la hacía más atractiva, pero no era lo mismo.
En cuanto el mayordomo entró nos sirvió las galletas de mantequilla y la infusión, y comenzó mi investigación.
Lo primero que hice fue identificarlos a todos y conseguí esto:
Orden de entrada a la sala:
-Primera, mujer: Violeta Capuleto; prometida de Harry desde hace tres meses y medio. Se casarían en dos semanas. Muy querida por Henry y Beatrice.
-Segunda, mujer: Beatrice Honesto; esposa de Henry Honesto, y madre de Harry.
-Tercer, hombre: Henry Honesto; esposo de Beatrice, y padre de Harry.
-Cuarto, hombre: Thomas Castillo; mayordomo de la familia Honesto. Harry era su miembro favorito, adoraba a Violeta, le tenía un enorme respeto a Beatrice y Henry era como un hijo para él.
-Quinta, mujer: Betty Capuleto; hermana de Violeta. Fue con Harry a la escuela de Santa Madre de la Perla.
Fui a ver al cadáver, lo habían envenenado.
Si, en efecto, una muerte fría y dura. Solo podía haberlo hecho alguien a quien no le importase nada Harry Honesto.
Tendría que comprobar si alguien había entrado o salido de la casa entre la 18:00 y las 20:00
Por lo visto y por motivos de intimidad y elegancia, en la mansión de los Honesto, no había ni una sola cámara de seguridad.
¡Claro! Si la mansión tuviera cámaras de seguridad, no habrían puesto ninguna en el baño, entonces habría tenido que ser alguien que trabajara allí.
Pero no habiendo cámaras de seguridad, tendré que averiguar con quién se llevaba mal Harry.
Para poder fiarme de alguien primero hablaré con la prometida de Harry, Violeta Capuleto.
Os contaré la conversación que hemos tenido:
Entre en el salón llamando a la puerta, y preguntando en voz alta si me permitían entrar.
Violeta respondió con voz alta y clara como una auténtica dama:
-Pase, por favor.
Al entrar ella estaba sola, con la mirada perdida en el horizonte, llorosa y confusa.
-Señorita Violeta-dije yo intentando disimular lo que me afectaba la muerte del señor Harry- si me permite el ser inoportuno, me gustaría hacerle unas preguntas.
-Sí, adelante-me respondió ella con tono apagado y sombrío.
-Quién se llevaba mal con su…-paré, no quería ser el típico detective- Me podría contar el oficio de su prometido.
-Si.-dijo ella-Mi prometido era maestro, en la Universidad de las Bellas Artes de la Ciudad de la Perla. Era profesor de teatro y pintura. Quería muchísimo a sus alumnos… y… a los… prof…-ella paró de hablar y rompió a llorar amargamente, y como caballero que soy le cedí mi pañuelo nuevo de tela. Se secó las lágrimas y continuó.- Nunca me dio quejas acerca de profesores ni de alumnos, bueno… sí Harry me dijo que un alumno suyo Federico, se comportaba de una manera extraña con él.
-Me podría decir más concretamente, como se comportaba con él…-pensé que a su prometida no se lo habría dicho, para no preocuparla entonces se me ocurrió- O facilitarme información acerca de una fuente más fiable, un estudio o algo así.
-Sí, Harry era muy bueno y tenía un estudio de cada alumno que tenía-me respondió ella- Está en su despacho, en un maletín verde, lo acompaño-bajó la voz dos tonos, yo creo que por elegancia- Encuentre al asesino de mi marido, por favor, se lo ruego.
-Le aseguro que lo haré, enséñeme ese maletín mañana a las 9:00, cuando venga, ahora me tengo que marchar para reflexionar, dormir y descansar. 

1 comentario:

  1. Fantástico, me ha gustado mucho este primer capítulo.
    A mi no me gusta mucho leer y pocos libros me llaman la atención para seguir leyendo. No pares de subir capítulos y de escribir libros del inspector Sanchez.
    Ánimo!!

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